Aunque tiene ya casi 40 años de carrera y es toda una institución histórica en su país de origen, Perú Negro no contaba hasta hace pocos años con una trayectoria discográfica definida.
Hasta hace sólo seis calendarios, la longeva agrupación de canto, música y baile contaba sólo con dos discos en su haber, grabados entre la década del 70 y la del 70 y destinados únicamente al mercado peruano.
La suerte del combo en lo que respecta a las grabaciones se alteró drásticamente desde entonces, tras un contrato con el sello Times Square Records, lo que le ha permitido lanzar tres discos en los Estados Unidos: Sangre de un don (2001), Jolgorio (2004) y Zamba malató, que se puso en circulación hace sólo dos meses.
"Haber sacado todos estos discos y haber podido llegar a este país para presentarnos en vivo desde 2001 es una consecuencia del trabajo que hemos desarrollado desde entonces con Juan Murillo, un empresario peruano radicado por acá", comentó el martes Rony Campos, director de Perú Negro, mientras se dirigía hacia Palm Desert. En esa ciudad del desierto tuvo el grupo una de varias fechas en una gira californiana que incluye esta noche una presentación en Turlock, en el norte del estado, y mañana en el Royce Hall de UCLA.
"Siempre hemos sido un grupo independiente, y en el Perú siempre ha sido muy difícil grabar con tus propios medios", dijo para justificar la evidente escasez de material discográfico en las primeras tres décadas del conjunto, que viene visitando Estados Unidos desde hace poco, pero que ha recorrido varias veces Europa a lo largo de su existencia.
Lo cierto es que ninguna grabación de audio, por más buena que sea, puede reproducir realmente lo que ofrece Perú Negro en vivo, ya que una gran parte del atractivo del grupo se encuentra en las vistosas coreografías efectuadas por su cuerpo de baile, y que muchas veces se desenvuelven a manera de dramatizaciones cargadas de humor y picardía.
"Uno de nuestros objetivos para fines de este año o principios del próximo es hacer un DVD que muestre todo lo que podemos presentar sobre un escenario", dice Campos. "Aunque hemos venido actuando mucho por acá, queremos filmarlo en el Perú; específicamente al sur de Lima, cerca de ciudades como Chincha y Cañete, que son la cuna de nuestros antepasados y nuestra fuente principal de inspiración musical".